buda

Hoy en día tenemos la creencia que la adicción sólo es posible cuando existe una sustancia, material y con forma, pero es un error.

La mayor adicción que he observado a lo largo de mi experiencia como terapeuta es el pensamiento:

La sociedad se ha habituado a que tiene que estar constantemente creando pensamientos, describiendo situaciones reales o imaginarias en su mente, la mayoría sin sentido y sin utilidad. Gastan la mente en ese vicio insaciable por no vivir el presente y estar constantemente en pasado o futuro. Por vivir el presente me refiero entre el «ahora» y el «ahora».

Si ahora mismo te pregunto:

– ¿Estás leyendo y entendiendo esto sin más o estás leyendo y pensando: «cuándo va a decir algo que me interese de verdad para quitarme el malestar que tengo»? Si es lo segundo, eres un gran adicto al pensamiento.

Si en este momento te pregunto de nuevo: ¿Qué piensa tu mente?, hago una pausa de unos segundos y vuelvo a preguntarte lo mismo, ¿ha ocurrido algo por tu cabeza o sólo esta quieta, en calma, en su estado natural?

De esta forma es como debemos ejercitar nuestra mente para que piense sólo cuando sea necesario, pero no en vano.

Cada vez ese tiempo entre pregunta y pregunta debe ser mayor,y la mente debe estar en el presente, entre el «ahora» y el «ahora».

Hay que darse cuenta de que sentimos el momento actual, pero sin describir más allá de lo que percibimos.

Ejemplo: Si estamos en el trabajo y miramos la hora y nos quedamos ahí, un gesto sólo por orientación en el tiempo. Eso es correcto, es lo natural. En cambio, lo cotidiano es mirar la hora y pensar «¡Uf, madre mía! lo que me queda todavía, y después tengo que hacer un montón de cosas, y he quedado con un amigo esta tarde, y con lo cansado que voy no me apetece para nada verlo justo hoy….etc».

Hay que darse cuenta de que sentimos el momento actual

Sobran muchas cosas ahí, ¿no crees? Si digo que estés entre el «ahora» y el «ahora» y contemplas cotidianamente lo que hay alrededor sin usar palabras, borrar las palabras de la mente, ésta lo agradecerá.

Dormirás mejor, tendrás mejor memoria, estarás de mejor humor, dejarás un montón de pastillas químicas que dañan aún más el cuerpo y tu entorno lo verás menos hostil.

Merecerá la pena vivir la vida de verdad, disfrutando cada momento naturalmente, en equilibrio.

Por eso, DEJA DE FABRICAR PALABRAS EN TU MENTE, DEJA DE PENSAR TANTO y haz estos ejercicios tan sencillos.

Hazlos todos los días, a todas horas hasta que se vayan disolviendo y terminen desapereciendo.

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