El órgano más grande de nuestro cuerpo es la piel y es la que da mayor protección frente a bacterias, virus y demás gérmenes. Por ello hay cuidarla y mantenerla sana y saludable.

Según la medicina china, cuando la piel está reseca, molesta o aparecen lesiones en ella, es debido a un bloqueo energético en el órgano del pulmón. Es el que rige la humedad y temperatura de nuestros músculos, mucosas y piel.

Cuando se encuentra alterado puede ser debido a un estado de tristeza, depresión, falta de motivación en la vida, apatía, cansancio y desgana. Todos estos estados emocionales favorecen a que nuestra piel se resienta, y hay que cuidarla porque es nuestro TERCER PULMÓN, puesto que eliminamos muchos residuos y toxinas a través del sudor.

Para mejorar ese estado y conseguir mejorar nuestra salud cutánea hay que pensar en nuestra filosofía de vida y encontrar nuevas formas de enfocar los aspectos del día a día.

La vida puede ser triste y desesperanzadora si no se vuelve uno creativo con ella, un poder que tenemos dentro de nosotros.

Hay que recordar que todos nacemos dotados de los elementos necesarios para ser felices, sólo hay que conservarlos o buscarlos denuevo si nos hemos alejados de ellos.

Hay que mirar hacia uno mismo y empezar a mimarse y cuidarse.

Ahora es el momento de preparar la piel para las estaciones de primavera-verano, debido al tiempo que ha pasado oculta bajo la ropa durante el invierno y al descuido de ella por falta de hidratación, alimentación, estrés…
Hay que cuidar la piel, sobre todo ahora por el sol, cambios bruscos de temperatura o por estar menos cubierta. La piel no tiene sexo, es algo que debe hacer todo el mundo. Se debe exfoliar de forma semanal para eliminar toxinas y células muertas.  Realizar duchas o baños todos los días con geles o jabones neutros y en caso de ser el aseo 2 veces al día, una de ellas evitar el jabón, gel (para no desproteger ni desengrasarla en exceso, dejándola alterada e indefensa, sobre todo en pieles atópicas).

También es muy importante la hidratación de una a dos veces al día según el caso, con emulsiones suaves, frescas, dando tersura, recuperando elasticidad, buen aspecto y tacto.